Klaus y las casas de acogida

¡Guau!

Vaya días de no parar, peludos! Casi ni he tenido tiempo para contaros nada, pero ahora ya mami y yo estamos más relajadas y podemos poneros al día.
Resulta que la semana pasada dieron un aviso de un galguito que estaba abandonado en un polígono de Getafe, cerca del Decathlon, y para allá que se fue mami con una amiga, según contó en casa no tardaron mucho en cogerle, su amiga se acercó a él agachada y de espaldas (es un acercamiento que no nos da tanto miedo y más seguro para acercarse a nosotros, que lo sé yo) y cuando se ganó un poco más su confianza dándole trozos de salchicha consiguió que su cabeza pasara a través de una lazada y ¡ale! para el veterinario que se fueron a comprobar obviamente que no tenía chip, que tan solo venía con una garrapata y que no estaba nada flaco, al contrario, los que trabajaban por allí al menos se habían preocupado por alimentarle a base de pan duro y gracias a ellos había sobrevivido durante dos largos meses con sus fríos y sus lluvias.

En cuanto estuvo bañado ¡Klaus se hizo con el sofá!

Le pusieron de nombre Klaus dadas las fechas en que estamos (pero con K, que queda como más chic jaja) y para casa que se vino. He de decir que nuestro encuentro no fue nada bueno, nos presentaron en la calle y es verdad que estuvimos jugando un rato juntos corriendo en un cercado pero Klaus me pilló y me dio un revolcón por el suelo, ¡no me sentó nada bien! Yo ya quería irme a casa...
Por la tarde fuimos al pipican del JuanCarlos I, yo estuve antes corriendo y divirtiéndome de lo lindo, quería jugar con Klaus (ya se ma había pasado el mal rollo del atropello de la mañana) pero él tenía que ir atado, no fuera que se escapara así que acabamos todos el recorrido en el pipican. Allí nada más soltar a Klaus se lió a correr como un loco, tanto tanto que acabó empotrándose con una valla, (creo que nunca antes había visto una, y cristales tampoco porque también se dio unos cuantos golpes con el cristal del portal de casa) ¡vaya golpe! se quedó atrapado debajo de la valla de la fuerza que llevaba y entre todos los humanos que estaban allí consiguieron sacarle entre los gritos y lloros desesperados de Klaus y cuando consiguió salir vimos que se había hecho unas heridas muy feas en las patas traseras ¡pobrecillo! ¡vaya día de emociones!

De vuelta, en el coche, he de confesar que soy muy rabo inquieto y no paro de moverme, ¡si es que estoy acostumbrada a tener todos los asientos traseros para mi! y sin querer pisé las heridas de Klaus ¡vaya bronca me llevé! Ah no, por ahí sí que no pasé, ya estaba harta del "nuevo", me revuelca, presencio su estropicio con la valla y para colmo me marca ¡es que no quería saber ya nada de él! El resto de los días que ha estado en casa he estado evitándole todo el tiempo, ya me daba miedo que volviéramos a pelear, eso sí, con los humanos se llevaba de perlas, cariñoso, simpático, alegre, nada de pises y cacas dentro de casa, como decía mami, un amor de perro, un bombón; pero nada, que conmigo no ha colado.

Yo me mantengo a distancia...¡la cena llegará igualmente!

Así que, como dice mami, ya teníamos claro desde siempre que nosotros no podemos ser casa de acogida por diversas razones, de modo que Klaus ha estado con nosotros únicamente desde el sábado pasado hasta el miércoles, que gracias a Rivanimal, encontró una casa de acogida, ¡pobrecillo! Mami y yo le acompañamos hasta su nuevo hogar pero él no quería quedarse allí, quería venir con nosotras, que al fin y al cabo hemos sido quizás el primer hogar de verdad que ha conocido en toda su corta vida; aunque ahora está muy bien y esperando a ser adoptado por su familia definitiva, por cierto el último día decidí hacer las paces con él y le busqué juego en casa así que ya están todos los malos rollos olvidados ¡fuera rencores!

Desde ese día entendí realmente la gran labor que hacen las casas de acogida. Es una espera en un hogar calentito, es lo más parecido a tener una familia definitiva hasta que llega realmente la que te pertenece en esta vida perruna, gracias a esa casa de acogida, evita a los peludos que tengan que estar en la calle pasando frío y penurias o esperar en un chenil, en una triste jaula, a que alguien se fije en ti y puedas tener por fin un sitio calentito y con cariño donde dormir y pasar la vida.
Así que me gustaría usar este rinconcito que tengo a través de los dedos de mami para animar a mucha gente a ser casa de acogida, ¿sabéis lo mejor de todo? ¡que no cuesta nada! todo lo proporciona la protectora, el pienso, la cama, el collar, la correa, los juguetes, los gastos veterinarios ¡todo! vosotros sólo tenéis que aportar el cuidado y el cariño hacia el peludo que viene de una vida miserable y llena de penurias que algún humano desaprensivo le ha dado. Normalmente los peludos no suelen estar mucho tiempo en las casas hasta que son adoptados (entre uno y seis meses como mucho y más siendo un perrete joven) porque la protectora se encarga de mover y difundir los casos ¡por eso también es tan importante difundir y compartir las fotos en facebook, twitter o en cualquier red social! Permite adopciones y a la vez sitios libres y calentitos para los próximos peludos ¿a que es una labor fantástica?

Klaus, estoy segura que encontrarás un buen hogar, que serás feliz y que olvidarás esos dos meses que has vagado solo por un triste descampado lleno de basura del que te recogieron, te vamos a demostrar que siempre has merecido un sofá calentito y sobre todo, lo que más te gusta recibir ¡muchas caricias y cariño!

Aquí os dejo unos enlaces útiles para ser casa de acogida, experiencias de la gente y más información ¿qué me decís? ¿os animáis a cambiar la vida de un peludo?

http://rivanimal.org/s23/casas-de-acogida

http://noticiascasadeacogida.blogspot.com.es/2011/08/que-es-ser-casa-de-acogida.html

http://blogs.20minutos.es/animalesenadopcion/2013/07/23/aprovecha-las-vacaciones-para-ser-casa-de-acogida/

¡Besos y lametones!